Tener una piel suave, luminosa y saludable va mucho más allá de la estética: es reflejo de bienestar general. Sin embargo, factores como la contaminación, el sol, el estrés, la mala alimentación y la deshidratación la resecan y aceleran su envejecimiento. Afortunadamente, con hábitos simples y productos adecuados, puedes recuperar su vitalidad. Aquí te compartimos tres claves avaladas por dermatólogos para lograr una piel tersa, hidratada y visiblemente más sana:
- Hidrátate desde adentro y aliméntate mejor
Beber agua es importante, pero no lo es todo. Según la Dra. Whitney Bowe, dermatóloga y autora de The Beauty of Dirty Skin, lo que comes tiene un impacto directo en tu piel. Prioriza alimentos ricos en antioxidantes, como frutas rojas, aguacate y nueces, y limita el azúcar y los ultraprocesados, que aumentan la inflamación y resecan la piel. - Protege tu piel del sol todos los días
La exposición solar sigue siendo el factor número uno de envejecimiento prematuro. Usa protector solar de amplio espectro (FPS 30 o más) todos los días, incluso cuando esté nublado o estés en interiores cerca de ventanas. La Dra. Shereene Idriss, dermatóloga en Nueva York, recomienda reaplicar cada 2 a 3 horas si estás expuesto. - Humecta y exfolia de forma inteligente
Hoy se prioriza una hidratación efectiva y suave. Elige cremas o sérums con ácido hialurónico, ceramidas o niacinamida, ideales para retener agua y reparar la barrera cutánea. La exfoliación también es importante, pero no debe ser agresiva. Opta por exfoliantes químicos suaves (como ácido láctico o mandélico) una vez por semana para eliminar células muertas sin irritar.