“Se burlaron de mi rostro… pero no sabían que mi alma era hermosa.”
Tenía 17 años cuando encontré un video en internet con mi cara.
El título decía: “La mujer más fea del mundo.”
Y tenía más de 4 millones de vistas.
No sabía qué dolía más…
si mi reflejo en la pantalla
o los miles de comentarios de desprecio.
Lloré hasta quedarme vacía.
No quería salir.
No quería vivir.
Pensé que el mundo me había condenado por cómo me veo.
Pero un día me miré al espejo… y sentí algo diferente.
Como si Dios susurrara en mi corazón:
“Tú no eres un error. Yo te formé con propósito.”
Entonces me levanté.
Y dije:
“¿Y si les demuestro que estaban equivocados… y que Dios no comete errores?”
Empecé a hablar.
A contar mi historia.
A levantar la voz que ellos querían apagar.
Y esa voz llegó a miles.
Luego a millones.
No tengo el cuerpo “perfecto”.
No tengo el rostro que ves en las portadas.
Pero tengo algo que no se ve:
Fuerza, coraje… y la certeza de que fui creada con amor divino.
Hoy, la niña que fue motivo de burlas… es motivo de inspiración.
Porque si el odio no me mató, es porque el amor de Dios me sostuvo.
Y si estás pasando por algo parecido… no olvides esto:
Tu valor no lo decide el mundo. Lo decide Aquel que te creó.
✨ Nota final
Esta historia es una denuncia contra el bullying y un homenaje a la resiliencia.
Inspirada en la historia real de Lizzie Velásquez, adaptada para transmitir un mensaje de esperanza, amor propio y fe.
Su historia ha sido reconocida mundialmente por su valentía al enfrentar el bullying y por su impacto como conferencista motivacional.