👉👉 Nuestras abuelas tenían sus propias tradiciones para empezar el año “con el pie derecho”.
Algunas eran curiosas, otras divertidas… pero todas tenían un simbolismo hermoso: entrar al nuevo año con esperanza, intención y buena energía.
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Hoy te voy a compartir 3 tradiciones que muchas abuelas hacían, y que generación tras generación se han venido perdiendo.
Vamos a ver estas tres tradiciones de Año Nuevo que nuestras abuelas realizaban para atraer buena suerte, abundancia y caminos abiertos.
1. El billete en el zapato derecho
Las abuelas decían que, si querías comenzar el año con estabilidad y prosperidad, debías poner un billete doblado dentro del zapato derecho antes de que dieran las 12.
Según ellas, el lado derecho representa los pasos firmes, la economía y las decisiones correctas.
Por eso insistían: derecho, no izquierdo.
2. Las lentejas de los deseos
Esta tradición viene de generaciones atrás.
A las 12 en punto, tomas una bolsita de lentejas y, con tu mano izquierda, vas lanzando montoncitos mientras pides tus deseos: uno por la familia, otro por el trabajo, otro por la salud… los que quieras.
Las abuelas juraban que las lentejas simbolizan abundancia, y que las que caen al suelo se recogen con las manos, nunca con escoba ni con los pies.
Después se guardan todo el año en un lugar especial: una cajita, tu cartera o tu habitación.
3. La maleta para abrir caminos y viajes
Esta es la más famosa.
A medianoche preparas una maleta con ropa —no puede ir vacía— y sales de tu casa a dar una vuelta.
Las abuelas decían que, si quieres que el año te lleve lejos, primero tienes que dar el primer paso simbólico hacia afuera.
No vale caminar en el patio: hay que salir de casa.
4. La ropa interior de colores para atraer lo que deseas
Esta tradición es de las más discretas… pero de las más queridas por las abuelas.
Ellas decían que el color que usaras en tu ropa interior durante la última noche del año tenía un “mensaje energético” para el universo.
El rojo era para atraer el amor y la pasión.
El amarillo, para llamar a la abundancia y el dinero.
El blanco, para comenzar el año con paz, claridad y protección.
Y el verde, para la salud y la estabilidad.
Pero había una regla importante: la prenda debía ser nueva y ponérsela justo antes de las 12.
Para las abuelas, estrenar algo simbolizaba abrir el camino a nuevas oportunidades.
