El parto natural es, sin exagerar, el dolor más fuerte que puede vivir un ser humano.
Te desgarra el alma, la paciencia, los miedos, los recuerdos…
Y sí, también el cuerpo.
Es el umbral donde una mujer se parte en dos.
Literal y emocionalmente.
La que entra a dar a luz no es la misma que sale.
Una parte de ella se queda en ese cuarto.
Y otra nace, junto a su hijo.
🌑 El inicio
Primero llega el silencio.
Luego, el dolor en oleadas.
El tiempo se vuelve lento.
El cuerpo arde.
Todo duele. Incluso lo que nunca dolió antes.
💪 La tormenta
Y aun así, ella sigue.
Grita. Tiembla. Llora. Aguanta.
Porque allá al fondo, en medio del caos… sabe que va a encontrar a su hijo.
🌅 El renacer
Minutos después de cruzar la tormenta,
ella sostiene a su bebé… con la misma fuerza con la que se sostuvo a sí misma.
Y mientras todos felicitan al recién nacido,
nadie dice esto en voz alta:
ella también nació de nuevo.
Su cuerpo ya no será el mismo.
Ni falta que hace.
Porque su alma… ahora es más grande.
✨ La mujer
Esa es la mujer.
La que da vida.
La que se rompe… para levantarse más completa.
Así es el parto natural.
Por eso duele. Por eso desgarra.
Y por eso, también, transforma.
📌 La imagen fue creada con fines ilustrativos y no corresponde a una fotografía real.