Ayúdame a que todos los papás conozcan esta información. Aunque parezca un hábito inofensivo, morderse las uñas puede traer consecuencias graves para la salud física y emocional de los niños. Médicamente se llama onicofagia, y puede causar:
Infecciones por bacterias que viven debajo de las uñas
Deformaciones permanentes en los dedos y dientes
Problemas digestivos por tragar microbios
Heridas que sangran, duelen y se infectan fácilmente
Y lo más preocupante: baja autoestima, ansiedad y vergüenza constante
Muchos niños no lo hacen por “costumbre”, sino como una forma inconsciente de liberar estrés, frustración o inseguridad. Algunos expertos incluso lo consideran una forma de autolesión emocional.
Si no se atiende, este hábito puede evolucionar a otros más graves.
¿Qué puedes hacer como papá o mamá?
Ofrécele juguetes antiestrés o una pelotita para las manos
Enséñale a respirar profundo cuando sienta ansiedad
Usa esmaltes con mal sabor como recordatorio
Pero lo más importante: háblale, escúchalo, ayúdalo a identificar lo que siente
No ignores este hábito. No es algo menor. Podría ser la forma en la que tu hijo está pidiendo ayuda… sin palabras.