Seguramente piensas que tu hijo no…
Que eso de los “gusanos en la panza” le pasa a otros niños, no al tuyo.
Pero la verdad es que los parásitos intestinales pueden aparecer en cualquier niño, en cualquier casa.
Y cuando no se atienden, pueden afectar su salud, su energía, su apetito… incluso su desarrollo.
Aquí te compartimos 10 señales que muchas mamás pasan por alto, pero que pueden ayudarte a protegerlo a tiempo.
1. Le pica mucho la colita por las noches
No es falta de higiene ni algo que se le va a quitar solo.
Muchas veces, ese tipo de picazón es provocada por lombrices, sobre todo cuando el niño se rasca sin control mientras duerme.
2. Se le inflama seguido la pancita, aunque no haya comido mucho
Puede parecer “empachado” o con gases, pero si la inflamación es frecuente y molesta, podría ser una reacción del intestino ante parásitos que lo están irritando.
3. Tiene mucha hambre… pero baja de peso
Cuando los parásitos están presentes, se quedan con los nutrientes de la comida antes de que el cuerpo los absorba.
Así que el niño come, pero no sube de peso. Incluso puede volverse más débil.
4. Rechina los dientes dormido, o duerme muy inquieto
El rechinar de dientes (bruxismo) o los movimientos constantes mientras duerme pueden ser una respuesta del cuerpo al malestar interno.
Muchos niños lo hacen sin saber por qué, pero puede ser una señal de alerta.
5. Se enferma con frecuencia o le cuesta recuperarse
Si cada gripe le dura más de lo normal, o si siempre hay algo que lo tiene decaído, podría ser que los parásitos estén afectando su sistema inmune.
No lo dejes pasar.
6. Se le notan más las ojeras o se ve más pálido
Cuando hay parásitos, el hierro se pierde.
Y con eso viene la anemia.
Si notas que tiene ojeras profundas, se ve sin color o está más apático, es momento de preguntar.
7. Le salen ronchas o sarpullidos sin explicación
Algunas infecciones parasitarias pueden manifestarse en la piel.
Si su piel está reaccionando mal y no encuentras causa clara, podría venir de adentro.
8. Tiene cambios de humor repentinos
Irritabilidad, llanto sin motivo, o que simplemente “no está como siempre”…
Cuando el cuerpo se siente mal por dentro, los niños también lo expresan con su carácter.
9. Sigue delgadito aunque come bien
Si notas que tu hijo tiene buen apetito pero no gana peso, o incluso está bajando, revisa con su pediatra.
A veces no es mala alimentación, es que hay algo que está absorbiendo todo antes que él.
10. Tiene molestias al dormir o se despierta llorando
Cuando hay parásitos activos, sobre todo de noche, el cuerpo se inquieta.
Y aunque ellos no puedan decirlo, sus despertares, llantos o sueños agitados lo dicen todo.
Ninguna mamá quiere pensar que su hijo podría tener esto…
Pero por eso mismo es tan importante conocer las señales.
Porque detectarlo a tiempo puede evitar cosas más graves, como desnutrición, problemas digestivos o bajo rendimiento escolar.
Y cuando se trata de nuestros hijos, más vale prevenir… que lamentar.
No se trata de tener miedo.
Se trata de estar informadas.
Porque muchas veces lo que ignoramos… es justo lo que más daño puede hacer.
Y si tú no has notado estas señales, tal vez tu hermana sí.
Tu amiga, tu comadre, tu vecina.
Haz que lo sepan.
Porque cuando una mamá se entera, puede salvar la salud de muchos más.
IMPORTANTE:
Esta información no sustituye la opinión de un médico ni representa un diagnóstico definitivo.
Está basada en estudios y artículos publicados por instituciones como la Clínica Mayo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierten que las infecciones por parásitos intestinales en niños son más comunes de lo que creemos, especialmente en edades tempranas.
Si tu hijo presenta alguna de estas señales, consulta con su pediatra.
Solo un especialista puede confirmar si se trata de parásitos u otra condición.
La información aquí compartida tiene como objetivo ayudarte a estar más alerta y proteger la salud de los que más amas.