Un médico perdió las piernas, los dedos y parte del rostro… por una herida que le lamió su perro.
El doctor Jaco Nel, de Reino Unido, estaba jugando con su perro cuando notó un pequeño arañazo en la mano.
Lo limpió, lo desinfectó y siguió con su día.
Dos semanas después, su cuerpo comenzó a fallar.
Sintió algo parecido a una gripe:
fiebre, escalofríos, confusión, desorientación…
pero en realidad su sistema inmunológico ya estaba colapsando.
Lo que tenía era Septicemia, una infección provocada por una bacteria presente en la saliva de su perro, que había entrado por esa herida abierta.
En cuestión de horas, sus órganos dejaron de funcionar.
Cayó en coma.
Y al despertar, su vida ya no era la misma.
Tuvieron que amputarle ambas piernas, todos los dedos de una mano y perdió parte de su rostro por el daño en los tejidos.
También tuvo que tomar una decisión durísima: sacrificar a su perro, porque no podían curarlo y representaba un riesgo para otros.
Y aunque su historia parezca extrema y no sea muy común, vale la pena contar su caso para evitar que le pase a alguien más.
La Septicemia es una enfermedad que puede volverse grave.
El problema es que los síntomas suelen confundirse con algo tan común como una gripe.
Y no todos saben que una simple lamida sobre una herida puede abrir la puerta a una infección mortal.
Esto no es para asustarte.
Es un recordatorio para que no ignores lo que tu cuerpo intenta decirte.
Si tienes una herida abierta y tu mascota la lame, lávate de inmediato, desinfecta y manténla protegida.
Y si sientes fiebre, mareo o fatiga extrema después de esto, busca ayuda médica inmediata.
Porque a veces, los errores más pequeños…
son los que cambian tu vida para siempre.
Ayúdame a que más personas conozcan esta historia.
No para que vivan con miedo, sino porque, si bien amamos a nuestras mascotas, también debemos entender que, incluso sin quererlo, pueden ponernos en riesgo.
Y nadie debería pasar por algo así…
IMPORTANTE:
Este contenido es únicamente informativo y no sustituye la opinión médica profesional en ningún momento.
Ante cualquier síntoma, duda o situación médica, consulta siempre a tu médico de confianza.
Los datos presentados han sido recopilados de fuentes públicas, médicas y científicas confiables, y su propósito es generar conciencia y prevención.
