En una zona donde los símbolos de lealtad y traición pueden sellar el destino de una persona, dos hermanos que alguna vez ocuparon puestos importantes dentro de una notoria mara fueron ejecutados por sus propios compañeros. Su “pecado”: romper las estrictas normas de lealtad del grupo.
La historia de estos hermanos —cuyos nombres permanecen sin divulgar— muestra la crudeza y complejidad del mundo pandillero en Centroamérica, donde la lealtad se convierte en un bien que puede costar la vida. La sentencia de muerte llegó tras dos eventos considerados por la pandilla como actos de traición: uno de los hermanos sostuvo una relación sentimental con una joven de una pandilla rival, mientras que el otro fue acusado de colaborar con las autoridades.
Lejos de recibir el trato funerario que otros miembros de la mara han recibido en el pasado, a estos hermanos se les privó del “privilegio” de ser enterrados junto a sus antiguos compañeros. Sus tumbas, aunque marcadas por placas de mármol con símbolos que muestran su pertenencia al grupo, están separadas de las demás, como un último recordatorio de la “traición”.
La conexión con antiguos rituales también se hace evidente en las prácticas funerarias de las maras, que, inspiradas en rituales egipcios y otros simbolismos, suelen incluir en las tumbas de sus miembros armas, dinero y amuletos. Estos objetos, destinados a ofrecer protección en el “más allá,” reflejan una especie de espiritualidad y creencias sobre la vida y la muerte dentro de la pandilla. Algunos incluso enterraban dinero, con la esperanza de recuperarlo algún día.
En los últimos años, sin embargo, las autoridades han destruido sistemáticamente estas tumbas como parte de una estrategia para eliminar cualquier rastro de los nombres, símbolos y recuerdos de los líderes de las maras. Las lápidas, en otro tiempo símbolos de poder y pertenencia, han sido reducidas a fragmentos, marcando una especie de “borrón” sobre las identidades que alguna vez infundieron temor.
Esta historia refleja la complejidad de la dinámica interna de las maras y sus reglas, en las que lealtades y traiciones no solo definen el presente, sino también el recuerdo y el legado final de aquellos que alguna vez ostentaron una posición de poder.