Sentí el golpe antes de entender qué pasaba.
El sonido del metal retorciéndose.
El parabrisas estallando en mil pedazos.
El cinturón apretándome el pecho con mucha fuerza.
Un sabor a sangre en la boca.
Y la sensación más aterradora de todas: NO PODÍA MOVERME.
Miré mis piernas, pero era como si no existieran.
Todo se desvanecía…
Hasta que alguien gritó mi nombre.
Y ahí, en medio del dolor y el miedo, entendí lo que había hecho:
solo quería ir cómoda. Solo quise estirar las piernas.
Los paramédicos me sacaron del coche con cuidado.
Me hablaban, me tocaban la cara, me pedían que no cerrara los ojos.
Yo solo preguntaba una cosa:
“¿Voy a volver a caminar?”
Nadie me lo respondió.
Ese silencio… dolía más que cualquier herida.
Días después supe la verdad.
Las piernas estaban rotas en varios puntos.
Mi cadera también.
Y mis órganos internos… desplazados.
Todo por la posición en la que iba sentada.
No fue el choque. Fue cómo iba yo.
Nunca me imaginé que algo tan común —subir los pies al tablero—
pudiera dejarme así.
Lo había hecho mil veces.
Lo hacen todos: mis hermanas, mis amigas, mi hija.
Y nunca pensé en lo que podía pasar si había un accidente.
Los doctores me dijeron que fue la posición la que empeoró todo.
Las piernas al aire, sin soporte.
Cuando el airbag se activó, me golpeó directo las rodillas hacia mi cara.
Fractura expuesta. Daño interno.
Nadie me lo había advertido. Nadie me lo explicó.
Hoy, solo quiero que otros lo sepan.
Porque no quiero que le pase a nadie más.
Si estás leyendo esto y sueles subir los pies al tablero…
haz memoria. ¿Cuántas veces lo has hecho sin pensar?
Solo quería ir cómoda con los pies en el tablero…
ahora no puede volver a caminar.
No se trata solo de ti.
Ni de asustarte.
Se trata de todos los que amas y viajan contigo.
De cuidarnos todos.
Si tienes hijos… adviérteles.
Si ves a alguien subir los pies al tablero… díselo.
Aunque parezcas exagerado. Aunque se rían.
Porque nada de eso importa…
cuando estás en una camilla
preguntando si vas a volver a caminar.
Haz que esta historia no se quede aquí.
Haz que sirva para algo.
IMPORTANTE:
Esta historia está inspirada en casos reales reportados por medios como BBC, CNN, El País y The New York Post. Fue adaptada a un formato narrativo emocional con el fin de informar, prevenir y generar conciencia.